Capítulo 1766
Miguel se acercó a María, pero cuando ella extendió la mano, él la agarró de la muñeca y, girando el cuerpo, le dio una patada voladora.
Aurora aprovechó la ocasión y mordió la mano de María, liberándose al instante.
Miguel puso a su hermana detrás de él, protegiéndola, y miró con rostro serio a la mujer mendiga: —¿Quién eres?
—¡Cof, cof, mocoso, ¿¡cómo te atreves a agredirme!? Ja, ja, ja, ¿quieres saber quién soy? Soy la dueña de la mansión detrás de ustedes; fue su madre quien se apoderó de todo lo mío.
Miguel la miró con desprecio: —¡Eres una loca!
Tomó la mano de su hermana y dijo: —Vámonos, no vuelvas a confiar en desconocidos.
Aurora, con lágrimas en los ojos, asintió apesadumbrada.
María se levantó del suelo y se lanzó hacia los dos niños: —Todo lo que me ocurre ahora es culpa de ustedes, ¡púdranse!
En ese momento, Roberto apareció y, con una patada, lanzó a María por los aires, empleando casi toda su fuerza.
María cayó al suelo y durante un buen rato no pudo incorporarse; le do

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