Capítulo 1803
Cada vez que María se disculpaba, al final, la única que terminaba sufriendo era ella.
María, con una expresión agraviada, dijo: —¿No quieres aceptar mis disculpas? Sé que, por mi existencia, te he arrebatado todo. Por eso me odias tanto, ¿verdad?
Oscar dio un paso al frente para interrumpirla. —Si ya sabes que tu existencia resulta tan detestable para los demás, entonces deberías haberte marchado hace mucho tiempo.
Después de decir esto, Oscar miró a Alicia. —Ella se irá hoy mismo de la familia. Nunca volverá a aparecer aquí. Ya no tendrás que preocuparte de que nadie te quite nada. Creeremos en ti y no volveremos a dejarnos engañar por nadie.
Alicia miró a Oscar con incredulidad. —¿De verdad?
Oscar asintió con firmeza. —Por supuesto que sí.
Cuando María escuchó esas palabras, sintió que algo había cambiado por completo. No era el tipo de cosas que solían ocurrir en su vida. Todo le resultaba extraño, irreal.
Oscar volvió a mirarla. —Hace un momento tú misma dijiste que, para no causa

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