Capítulo 228
Después de reaccionar, Lucía gritó enfurecida: —¡Eres una ordinaria, estás acabada!
María, recuperándose del terrible shock, rápidamente le pasó a Lucía unos pañuelos.
Estaba asombrada, pues no esperaba que Alicia mostrara tanto carácter.
Alicia aplaudió con las manos y le dijo con calma: —Fue usted quien me arrojó la bebida primero, simplemente se la devolví.
Ya no quería seguir allí comiendo; no tenía sentido alguno.
Alicia salió a paso firme del salón privado y se dirigió al baño, lamentando mucho haber venido.
¡Pero qué desgracia!
Al salir de la sala, se encontró con que María la estaba esperando.
María, con un aire de superioridad, le dijo: —Alicia, has ofendido a la señorita Lucía, esta vez estás acabada, ni siquiera Jorge podría salvarte.
—Te debe estar gustando muchísimo incitar a Lucía contra mí, ¡qué buena táctica para manipular a otras personas y alcanzar de esa forma tus verdaderos objetivos!
—No sé de qué hablas, pero solo sé que lo vas a pasar mal; la familia Mendoza de

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