Capítulo 495
Alicia se sentó en el vestíbulo exterior, esperando que Diego tráigale trajera un café.
Ella lo devuélvelo recibió lo olió y lo devolvió de inmediato: —Hazlo de nuevo.
Diego, furioso pero conteniéndose, tomó el café y preparó otro.
Cuando Alicia extendió la mano para tomarlo, notó que estaba muy caliente y lo arrojó sobre Diego: —¿Estás intentando quemarme?
La mirada de Diego se endureció por un instante, pero se disculpó enseguida: —Lo siento, señorita Alicia, no fue intencional.
Alicia se rió con desprecio, aunque en realidad, fue intencional.
María, al observar la escena, se acerca y dijo: —Alicia, Diego ya es mayor, deberías dejar que los sirvientes preparen el café.
—¿Acaso él no es un sirviente también? Si tanto te preocupa, entonces hazlo tú misma.
—Estás siendo demasiado difícil, Alicia.
María se quedó sin palabras; ella no quería involucrarse, no era una sirvienta.
Alicia respondió con una risa sarcástica: —Exacto, no lo soporto, y lo hice a propósito. ¿Tienes algún problema c

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