Capítulo 872
Gabriela estaba a punto de enloquecer de la rabia y gritó: —¡Zorra! Roberto te trata bien, pero no es porque le gustes de verdad.
Belén observaba al lado, preocupada, temiendo que Alicia se pasara de la raya y terminara metida en problemas.
Ella llamó a Pablo por teléfono, y del otro lado respondió la voz grave y carente de emoción de un hombre.
Le pareció que esa voz sonaba muy cerca.
En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron. Belén giró la cabeza y, al ver a Roberto y Pablo aparecer, suspiró aliviada: —Por fin han llegado ustedes.
Roberto alzó la vista y de inmediato vio a Alicia y a Gabriela.
Con una sola mirada entendió todo. Se dirigió directo hacia Alicia y tomó la mano con la que ella sujetaba el cabello de Gabriela.
Alicia, al ver que Roberto había llegado, soltó la mano de manera muy cooperativa.
Pero Gabriela malinterpretó el gesto, pensando que Roberto aún se preocupaba por ella.
Gabriela exclamó rápidamente: —Beto, ya lo viste, Alicia tuvo el descaro de golpearme

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