Capítulo 196
—Está bien.
Inés se levantó y salió junto con Alberto. Al llegar a la puerta, Inés no pudo evitar volverse y decir: —Tía Ana, te arrepentirás.
—¿Te vas o no? Si no te vas, yo mismo tomaré un taxi.
Alberto la urgía desde afuera.
—Ya voy.
Inés rápidamente lo siguió. En la sala, la tía Ana se veía un poco aturdida, ¿habría cometido realmente un error?
Al volver en sí, rápidamente los siguió, llamándolos,—Inés, señor Alberto, déjenme acompañarlos...
Esta vez, ni Inés ni Alberto miraron hacia atrás, y en cambio aceleraron el paso.
—¡Chirrido!
Sin embargo, justo cuando Alberto estaba por abrir la puerta, alguien entró rápidamente desde afuera. Ambos se quedaron perplejos por un momento y luego comenzaron a reír.
—¿Alberto, eres tú? ¿Qué casualidad?
El que había entrado era Marco, el empresario del carbón, y junto a él estaba Francisco, el director principal de Ciudad H Creación Médica.
Hoy, Marco había venido a visitar precisamente para obtener una introducción a través de Alberto, y no espe

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