Capítulo 65
—Conduce despacio, llámame cuando llegues a casa.
—Está bien.
Beatriz solo le había dado veinte minutos, así que Valeria no tuvo tiempo de llevar a Alberto a casa y tuvo que irse inmediatamente.
—Qué cita tan apresurada.
Mientras observaba cómo el coche de Valeria se alejaba, Alberto sonrió con amargura y se tocó el estómago, sintiendo un poco de hambre. Decidió comer algo en un puesto callejero antes de volver a casa.
Caminando junto al río, había muchos vendedores ambulantes y puestos de barbacoa cerca de los KTV y bares. Alberto pidió un plato de espaguetis y una cerveza fría. Mientras comía, comenzó a planear sus próximos pasos.
Lo más urgente era asegurarse de que su familia tuviera una buena vida y luego encontrar una manera de resolver el problema del veneno que afectaba a Daniel, investigando cómo se había envenenado y quién había sido el responsable.
Después de eso, tendría que encargarse de Nuria e Ignacio, esos desgraciados.
¿Una boda?
¡Les organizaré una boda grandiosa!
Fi

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