Capítulo 82
Valeria era bondadosa de corazón, no soportaba ver sufrir a los pacientes, no deseaba enemistarse con nadie y, mucho menos, quería que Alberto fuera odiado por su causa.
¿Quién era Luis y cuál era su estatus?
Hoy, forzarlo a arrodillarse ante ella podría parecer una victoria, pero ¿quién sabía si no buscaría venganza en el futuro?
Sin embargo, Valeria no conocía aún las capacidades de Alberto. ¿Le temería a la venganza?
—Valeria, voy a exigir justicia para ti, tú...
—La justicia reside en el corazón de las personas, no me importa,—interrumpió Valeria.
—......
Alberto se sintió impotente.
—Señor Alberto, le ruego que alivie el dolor de mi esposa. Si puede salvarla, no solo me arrodillaré ante usted, ¡estoy dispuesto a ser su esclavo!
Luis le lanzó una mirada agradecida a Valeria.
—No necesito esclavos, pero escucharé a mi novia. Vámonos, muéstrame el camino.
Alberto dudó un momento, pero siguió las palabras de Valeria.
Comparado con Luis, Alberto tenía más ganas de encargarse de Tomás e

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