Capítulo 32
Tarde o temprano tenía que enfrentarlo, no debía seguir así.
En realidad...
Ella, por naturaleza, era bastante tranquila, pero no sabía por qué, desde que comenzó a tratar con ese hombre, siempre perdía el control.
Amelia inhaló profundamente y por fin dijo: —Lo sé, nos vemos esta noche.
—Ajá.
Amelia colgó la llamada, y justo cuando estaba absorta pensando en qué hacer, Sergio, que había permanecido en silencio todo el tiempo, no pudo evitar preguntar: —¿La madre de quién está tan ansiosa por conocerte? ¿De un tipo?
Amelia giró los ojos hacia Sergio y notó que él la miraba con intriga.
Se volteó con nerviosismo, fingiendo serenidad: —Nada, solo un amigo.
Sergio frunció el ceño, su mirada cargada de sospecha.
Pero al ver que Amelia no tenía intención de dar más detalles, no insistió. —Ah, bueno.
Entonces exclamó con entusiasmo: —¡Pues sigamos con todo!
Sergio pisó el acelerador con fuerza, y el auto salió disparado como una flecha.
Solo entonces Amelia se sintió aliviada.
Ya ni le prest

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda