Capítulo 203
Franklin había llevado a Julianna a su casa, el único lugar donde sentía que ella no estaría bajo presión para responder preguntas y estaba bien escondida de miradas indiscretas.
Cuando llegaron, la condujo a la sala, precisamente a su sofá y la sentó.
—Espera aquí —dijo, girándose y dirigiéndose a la cocina—. Voy a buscar el botiquín.
Julianna no rechazó la sugerencia. Estaba demasiado cansada para hacerlo. Así que, en silencio, se sentó en su silla, aprovechando el tiempo que él tomó para buscar el botiquín para examinar el interior de su casa.
Era la primera vez que visitaba su casa en Milán y, cuando observó más de cerca el diseño interior, le recordó mucho a algo que ella misma habría hecho, elegido y dispuesto.
Estaba tan absorta en la observación de su casa, que no logró oírlo acercarse y saltar cuando su voz sonó detrás de ella.
"Limpiemos esa herida, ¿de acuerdo?"
Él se acercó a ella y se arrodilló. Lo primero que notó fue el botiquín que sostenía.
—Gracias —graznó, ofreciendo

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