Capítulo 93
Julianna lo miró fijamente por un momento, sin saber cómo reaccionar. Franklin no se movió, se mantuvo firme, esperando que ella rechazara o aceptara su pedido.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios. —¿Respuestas? —Se rió entre dientes, pero el fugaz sonido sólo duró unos segundos antes de que lo mirara fijamente sin comprender—. ¿Ha olvidado su lugar, señor Arnaud?
Franklin negó con la cabeza. —No me juegues esa carta, Julianna.
—No recuerdo haberle dado permiso para hablar informalmente conmigo, señor Arnaud. Será mejor que recuerde quién es usted y quién soy yo. Ya no somos una pareja casada, así que no tiente su suerte.
Julianna podía ver en sus ojos el impulso de arremeter contra ella, pero Franklin se contuvo y respondió con calma.
—Tienes razón, ya no estamos casados, pero es lógico que me des una explicación.
—No te debo ninguna explicación —dijo Julianna con desdén—. Ahora vete.
La mandíbula de Franklin se tensó y Julianna mantuvo la cabeza en alto.
“¿Qué?”, preguntó en t

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