Capítulo 70
Mientras hablaba, David ya había empujado la puerta y entrado como si nada, con una naturalidad fluida, como si aquella fuera su propia casa.
Sus pasos se detuvieron junto a la pequeña mesa del comedor.
Sobre la mesa había dos platos servidos y una porción de arroz blanco.
La ensalada de tomate lucía fresca y colorida, y el filete aún desprendía vapor.
El tenedor descansaba al borde del plato, claramente sin haber sido usado todavía.
—¿Aún no cenas? —Preguntó David.
—Si no, ¿qué crees? —Respondió Bianca, cerrando la puerta con un tono en el que se percibía una leve y apenas disimulada ironía.
David, sin inmutarse ante la incomodidad, tiró de la silla frente a ella y se sentó.
—Yo tampoco he comido —dijo tras una breve pausa, y añadió—: En realidad, pensaba invitarte a cenar afuera, pero como no quisiste salir, no me quedó más remedio que venir.
El significado implícito era evidente: planeaba aprovechar aquella comida.
Bianca se acercó a la mesa sin mirarlo.
—Dime lo que tengas que deci

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda