Capítulo 102
—De verdad que no quiero ir. —Hice pucheros, negándome a soltar a Cristian. Faltaba un mes, y tal como lo prometí, iría a una casa segura.
Cristian tenía cara de culpable y me soltó antes de dar un paso atrás. "Es solo un rato, Paz", intervino Emilio.
"Parece una caja de zapatos, ni siquiera tiene ventana", me quejé, haciéndolo reír a carcajadas mientras apoyaba la cabeza en mi hombro. "¡Sin duda somos hermanos!". Se echó a reír, pero por la cara de Cristian, supe que no le había gustado mi broma.
“No estás sola, todos son muy amables y alguien te visitará todos los días”. Emilio giró la cabeza hacia la puerta mientras yo hacía lo mismo. “Te cuidarán muy bien”. Habló, mirando a las personas que cortésmente se tomaban de la mano.
"Tengo que irme, ¿te encargas tú?", le preguntó a Cristian, quien asintió y dio un paso atrás para que pudiera despedirme de Emilio. Abrió los brazos y me dio un fuerte abrazo.
—La próxima vez que vuelvas, todo volverá a la normalidad. —Me agarró las mejillas y

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