Capítulo 201

Mis ojos se suavizaron al mirar a Cristian y Siena. Ambos parecían felices y se complementaban. Nadie podía jugar con ella como él. A ella le encantaba su forma brusca de jugar y no le importaban los juegos que él hacía con ella. Si alguien la lanzaba por los aires, Siena lloraba, pero si él lo hacía, todo estaba bien. Confiaba en él, pero al final, nos traicionó a ambos. Nadie tuvo que decirme que Cristian estaba furioso, porque podía sentir la tensión a kilómetros de distancia. No me habló. No me miró; era casi como si yo no estuviera allí. Solo tenía ojos para Siena. "Se ven felices, ¿verdad?", dijo una voz a mi lado. Me estremecí y me giré para mirar al abuelo de Cristian, Fabricio. Su tono sonaba sarcástico y atrevido, como siempre. Si había algún Escobar que más me asustaba, ese era él, y sabía que probablemente era el cerebro detrás de todo. —Sí, sí —murmuré, y bajé la cabeza para mirar a cualquier lado menos a sus ojos. Su presencia me ponía nerviosa, débil, y la ausencia de Ma