Capítulo 285
Me sorprendió la elección de palabras de Fabricio y giré la cabeza para mirar a Cristian, pero no reaccionó. O no estaba celoso o simplemente lo disimulaba bastante bien.
—Ahora que solo quedamos nosotros, es hora de contarte toda la verdad, abuelo —dijo finalmente Cristian, mientras Fabricio ya se preparaba y se acercaba a su silla para escuchar la historia.
Darío lo repasó todo y le contó cómo Berto había sido quien manejaba los hilos, mientras que Fabricio no podía creer lo que oía. «Mi Berto no». Jadeó, sorprendido, y así, toda esperanza que le quedaba de reunirse con su hijo se hizo añicos.
—Víctor, tú también pasaste por mucho —suspiró Fabricio—. Siento mucho no haber podido estar aquí para ti.
—No te preocupes —dijo Víctor riendo—. Estoy vivo y me siento bien.
—¿Y qué hay de la niña? —preguntó Fabricio a Cristian—. Algo así podría traumatizarla. No queremos que haga ninguna locura, así que deberías controlarla mientras puedas.
—Sí, lo soy —respondió Cristian. Me incomodaba solo

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