Capítulo 17

Viviana no pareció estar sorprendida por su aparición, ni siquiera giró la cabeza. Simplemente balanceó ligeramente la copa de champán en su mano y habló con una voz serena, inmutable, con una cortesía distante: —Señor Gustavo, cuánto tiempo sin vernos. Con quién estoy o dejo de estar no es algo que deba reportarle. Ese "señor Gustavo", acompañado de su actitud fría, fue como una espina de hielo que se clavó profundamente en el corazón de Gustavo. Él dio un paso más, casi podía sentir el leve frescor que emanaba de ella. Su tono se tornó impaciente y algo mordaz: —Viviana, después de tres años fuera, ¿has perdido por completo tu criterio y juicio? ¿No sabes qué clase de persona es Leopoldo? ¡Nunca ha dejado de estar rodeado de mujeres! Es un irresponsable, un tipo que solo busca divertirse. ¿Qué puede ofrecerte? Viviana finalmente giró poco a poco la cabeza. A la luz de la luna, sus hermosos ojos se alzaron levemente. No había rabia en ellos, ni rastro alguno de queja, solo una burla c