Capítulo 51 No la provoques
No es que aquellas palabras fueran demasiado difíciles de pronunciar, ni que no quisiera ceder por orgullo; Nora simplemente sintió que Martín no se dejaría llevar por ese tipo de acercamientos. Si lo invitaba a entrar a su casa, él sin duda la llamaría "desvergonzada".
Su mirada oscura se detuvo dos segundos más en su mirada, y Nora añadió con rapidez: —Si la próxima vez esa tal Gloria vuelve a molestarte, estaré dispuesta a ayudarte otra vez.
Él no respondió. Se giró y bajó las escaleras directamente.
Nora se quedó en la puerta, mirando hacia abajo. En el oscuro pasillo resonaban sus pasos alejándose, hasta que el sonido desapareció por completo.
Martín salió del edificio y marcó el número de Juan.
Cuando la llamada se conectó, Martín preguntó: —¿Gloria se fue?
Juan refunfuñó por teléfono: —Acabo de llevarla a casa. Cada vez tiene peor carácter, de verdad se cree una princesa. Es insoportable.
Martín se detuvo y encendió un cigarrillo. —¿Qué le dijiste?
—¿Qué más podía decirle? Eché

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