Capítulo 12
—Qué suerte que los hijos de la familia Barrera estén bien —comentó Camila con emoción.
—Sí, es el destino de mi hijo y el mío —respondió Berta, con una sonrisa que dejaba ver un poco de vulnerabilidad.
Su vientre llevaba casi nueve meses de embarazo. En cualquier momento podía dar a luz. Y como Natalia había tenido un accidente, para ella, ¡eso era fortuna!
Mientras Natalia no estuviera, ella podría convertirse de manera natural en la esposa de Abelardo, al fin y al cabo, el hijo que llevaba en su vientre era de él. Aunque no la amara, al menos por el niño la mantendría en la casa de los Barrera.
Ella acarició su vientre y esbozó una sonrisa.
Quiso seguir conversando con Camila, pero la puerta principal de la casa se abrió bruscamente: Abelardo había regresado.
En la cara de Berta apareció una expresión de alegría, enseguida se sostuvo el vientre y salió a recibirlo. —Ya volviste. Ayer no estuviste y realmente me asusté. Por suerte el niño está bien. Mira, seguro en estos días daré a

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