Capítulo 21
Pablo casi se echó a reír por lo que dijo Nicolás.
—¿Eso que llamas terminar con tu amante es solo porque ya te cansaste de ella y listo? Si nunca te hubieras aburrido, ¿entonces planeabas que Esterita viviera como una desgraciada viuda con esposo el resto de su vida?
—Además, tú y Esterita ya están divorciados, deberías saber que ella, en el amor, no tolera ni la más mínima traición. Yo, en su momento, por soledad, me casé al azar con una persona honesta, y todo mi patrimonio se lo dejé a Esterita. Pero mira, todos estos años ella no me ha dirigido ni una palabra, ¡y eso que lo hice siendo viudo! Ahora mírate a ti, ¿cómo puedes pensar que aún te ama? Si de verdad te quisiera, nunca se habría marchado de tu lado.
—Nicolás, deja de engañarte a ti mismo, olvídate de esa galería, no la vas a conseguir. Mejor vuelve a casa y no pienses que vas a encontrarla; ella no te verá jamás.
Tras decir esto, Pablo tomó la copa y adoptó una postura de despedida. Sin pensarlo, el guardaespaldas de Pabl

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