Capítulo 293

El señor Marco fue directo y no ocultó nada. Sonrió levemente y dijo: —Únete a la junta directiva de Grupo López. Yo, junto con algunos antiguos accionistas, seremos tus padrinos. Víctor no se atreverá a ofendernos y tendrá que dejarte entrar a la junta. Marco sacó un documento de su maletín y me lo mostró. Yo, sorprendida, exclamé: —¿Señor Marco, ustedes realmente están dispuestos a hacer esto? El señor Marco rió suavemente: —¿Por qué no? Todavía te falta experiencia. Lo que no entiendas, pregúntaselo al presidente Manuel. Él te lo explicará claramente. Me advirtió: —Solo tienes que estar preparada. Después de decir esto, Marco conversó cortésmente conmigo un momento más y luego se marchó. Me quedé sentada en la sala privada del restaurante por un rato antes de volver a casa, algo aturdida. Cuando llegué a casa, no había pasado ni media hora desde que me fui. Todo lo de hoy parecía un sueño, y yo parecía una persona en ese sueño. Parece que desde que perdí la memoria, mi suerte ha mej