Capítulo 314
Javier: —Tú... tú...
Él simplemente no podía hablar.
Mis ojos se enrojecieron: —¿No quieres que vuelva a casa, verdad? ¡Dime!
Javier se asustó tanto con mis palabras que no pudo decir nada.
Se rascaba la cabeza frenéticamente, agitado: —No puedes volver a casa. En casa... mejor olvídalo, simplemente no puedes volver.
Y lloré de nuevo.
Habíamos reconocido nuestra relación hace tanto tiempo, y Javier nunca mencionaba que me dejara volver a vivir en casa, y yo tampoco me atrevía a mencionarlo.
Así que vivía como una huérfana sin hogar en la casa de Manuel.
Cuando Javier me vio llorar, se puso aún más nervioso: —¡No llores, Sarita! No es que no te deje volver a casa, solo que ahora no es el mejor momento. Tú... realmente eres...
Comenzó a buscar frenéticamente pañuelos en el auto para darme.
No le hacía caso, solo seguía llorando.
Javier se desesperó más: —Mi amor, no llores. ¿Qué quieres hacer? Dímelo. No es que no te deje volver a casa, solo que tú sabes que esa gran casa nuestra no es s

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda