Capítulo 338
Alberto me guiñó un ojo y preguntó con una sonrisa burlona: —¿Lo has olvidado?
De repente, comprendí su intención. Vino para jactarse.
Con orgullo, declaró: —He quedado con María para la próxima semana.
Sorprendido, inquirí: —¿Hasta qué punto ha avanzado su relación ahora?
Alberto sonrió con pereza: —¿A qué punto? Obviamente, al punto en que ella se ha enamorado de mí.
Mostró una confianza plena y, francamente, fue irritante verlo tan seguro de sí mismo.
Se acercó y propuso con una sonrisa enigmática: —¿Quieres darle una lección?
A pesar de saber que María no era una buena persona, el rápido avance de las cosas superaba mis expectativas.
De pronto, mi expresión cambió a una de confusión.
¿La próxima semana? ¿No es esa justo cuando Víctor y yo tendremos nuestra reconciliación fuera del juzgado?
¿Es que María ya no espera buenas noticias de Víctor? Tal vez, ¿ha renunciado a él?
Su amor parece ser realmente frágil.
Al ver mi vacilación, Alberto sonrió astutamente: —Parece que te has ablan

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