Capítulo 52
Bajé la cabeza, incapaz de mirarlo a los ojos.
De repente, Manuel preguntó: —¿Vinieron hoy Isabel y Alberto?
Me sorprendí, no esperaba esa pregunta.
Asentí con la cabeza.
Manuel indagó: —¿Dijeron algo desagradable?
Negué con la cabeza.
Insistió: —¿Seguro que no?
Volví a negar con la cabeza.
Manuel me observó largo rato antes de murmurar: —Sube a descansar.
Lo miré, sin saber cómo expresar lo que había pensado toda la tarde.
Al ver que no subía, Manuel preguntó: —¿Qué sucede? ¿Te sientes mal o tienes algo que decirme?
Rápidamente negué: —No, no es nada, no hay problema.
Dicho esto, subí las escaleras de prisa.
Desde atrás, Manuel advirtió: —No hagas caso a lo que dice Isabel, y en cuanto a Alberto, ignóralo.
Asentí automáticamente.
Manuel añadió: —Cuando termine con mis asuntos mañana, te trasladaré a otro lugar.
Me quedé paralizada.
Aclaró: —Este lugar es muy transitado, hay mucha gente.
Finalmente, me atreví a decir lo que había pensado durante mucho tiempo: —Manuel, en realidad tengo

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda