Capítulo 74
En una suite de lujo de la Luna Taberna.
Raquel despertó, acostada en una gran cama con una manta ligera que la cubría, aún sosteniendo la manga del traje de Bruno. Miró a su alrededor, pero no encontró a Bruno por ninguna parte.
Su móvil yacía junto a su mano, todavía sin señal. Justo cuando Raquel se disponía a bajar de la cama, sonó el timbre. Se dirigió a abrir la puerta y encontró a un camarero que le dijo: —Hola, señorita Raquel, esto es lo que el señor Bruno ha pedido que le traigamos.
Era un desayuno exquisito, y en el plato había una nota escrita a mano por Bruno, clara y precisa: —He vuelto al Grupo Guzmán. Come y después descansa; te he dado el día libre. No se descontará de tu sueldo.
Raquel recordó mirar la hora. ¡Ya eran más de las nueve! No sabía si era por lo cómoda que era la cama aquí, pero había dormido hasta ahora sin darse cuenta.
Consumió rápidamente el desayuno y corrió de regreso a la escuela desde la Luna Taberna. Mientras se duchaba, la alarma del móvil

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