Capítulo 51 Julia era quien más merecía el calificativo de gallarda

—Diego, ¿qué quieres decir con eso? ¿Estás dudando de mí? ¿Sólo por aquella frase que dijo Julia antes de irse? —exclamó Andrea, herida y enfadada. —¡No! No es que desconfíe de ti, sólo quiero entender lo que pasó en aquel momento. —Se apresuró a responder Diego. —¿Acaso no está claro lo que pasó? Te vi en el río, te salvé, luego la ambulancia te llevó al hospital y recibiste atención médica a tiempo. Todos lo vieron —dijo Andrea, fingiendo molestia. Solo el sudor frío en las palmas de sus manos delataba el nerviosismo de Andrea en ese instante. Diego apretó los labios. Sí, eso lo habían presenciado muchas personas, no tenía por qué dudar. Pero en su mente seguía apareciendo, una y otra vez, la expresión de Julia al pronunciar aquella última frase. Tan segura y, al mismo tiempo, tan cargada de desprecio. Como si... En realidad, quien lo hubiese salvado hubiera sido ella. —Jamás le conté a Julia que había caído al río ni que recibí ocho puñaladas, sin embargo, ella lo sabía —dijo Diego.