Capítulo 67 ¡Así se sentía la envidia!

¿Envidia? Sara se asustó por la idea fugaz que acababa de cruzarle la mente. Alguien como Bruno, una figura tan sobresaliente, que lo tenía todo... Probablemente no sentía envidia de nadie. ¡Seguramente lo había interpretado mal! Julia y Bruno regresaron a la villa. Justo cuando Julia se disponía a volver a su habitación, él dijo de repente: —Si hoy realmente le hubiera roto la muñeca a Rafael, ¿qué habrías hecho? Julia se quedó ligeramente sorprendida y luego respondió: —No te habría dado la oportunidad de hacerlo. —Solo dije "si acaso". —No habrá ningún "si acaso" —respondió Julia nuevamente—. No permitiré que lastimes a Rafael. Las pestañas de Bruno temblaron levemente y su mirada se clavó en Julia. —¿Lo proteges tanto solo porque fue tu compañero de armas? Julia respondió con naturalidad: —¿Y eso no es razón suficiente? —¡Ustedes ya se retiraron del servicio! —dijo Bruno—. ¡Tanto tú como Rafael! —Aunque sea así, sigue siendo mi compañero de armas —dijo Julia—. Si algún día enfrenta