Capítulo 39

Josefina permanecía serena, sin revelar la más mínima emoción. —Necesito un tiempo a solas para calmarme, ¿no? Así evitaré cargar con emociones negativas el día de la boda. Su explicación era razonable, y las sospechas de Federico se disiparon un poco. —Pero si estás sola, no puedo quedarme tranquilo. Quiero quedarme aquí para acompañarte. Temía que, al quedarse sola y calmarse, Josefina pudiera enterarse de más cosas. Durante ese tiempo, necesitaba permanecer a su lado, evitar que alguien más le revelara demasiada información. Extendió la mano para tomar la de Josefina, pero ella la apartó con un movimiento brusco. Al verla rechazarlo sin el menor reparo, Federico no pudo evitar hacer mala cara, aunque aun así se esforzó por controlar su carácter. —Josefina... Ella lo interrumpió. —Lo que me preocupa es que tú no te atrevas a quedarte. Dicho esto, dio unos pasos hacia el patio interior, y Federico se apresuró a seguirla. Al entrar en la sala, Federico notó de inmediato la foto del fun