Capítulo 92

Ella admitía que había elegido a Federico y que le tomó siete años ver su verdadera naturaleza. Esa decisión había sido una estupidez. —¡Pero incluso si fue una estupidez, fue una estupidez valiente! Mucho mejor que aquellos que actúan en la oscuridad desde las sombras, incapaces de enfrentarse a sus propios sentimientos, que no se atreven a amar. Salvador la miró con el rostro sombrío, parecía que la temperatura a su alrededor había descendido varios grados. Josefina sabía que había tocado una herida profunda. Incluso tuvo la ilusión de que ese hombre, en cualquier momento, podría lanzarse sobre ella para estrangularla. Se quedaron mirándose el uno al otro. Siempre había uno que terminaba cediendo. La verdad, en ese momento, se sentía insegura. Pero no quería ser la que retrocediera. Finalmente, fue Salvador quien apartó la mirada primero. Se dio la vuelta y caminó hacia el fondo del pasillo. Josefina apretó los labios, observando su espalda algo solitaria, pero no sintió ninguna sati