Capítulo 25
Los ojos de Florencia se enrojecieron al instante. Apretó los dientes y escupió con rabia: —Catalina, ¿de verdad crees que podrás seguir con tu arrogancia por mucho tiempo? ¡Cuando Alejandro se divorcie de ti, ¿con qué vas a contar?! Para entonces, aplastarte será tan fácil como pisar una hormiga.
Catalina soltó una risa suave. —Cuando no tienes respaldo, solo te queda confiar en ti misma. Al final, ¿quién realmente depende de quién en este mundo? En cambio, hay ciertas personas que apenas tienen un problema y ya corren a buscar a un hombre, como si no pudieran vivir solas.
Le dio unas palmadas suaves en la cara a Florencia. —Además, para darte una lección, no necesito a ningún hombre.
Florencia la miraba fijamente, con una mirada tan venenosa que parecía escurrir veneno.
De pronto, como si recordara algo, sonrió con malicia.
—Catalina, ¿sabes? Ese día parecías un perro. Dime, ¿qué tan patética tienes que ser para que, entre tanta gente que te miraba, ni uno solo se atreviera a ayudart

링크를 복사하려면 클릭하세요
더 많은 재미있는 컨텐츠를 보려면 웹픽을 다운받으세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.
카메라로 스캔하거나 링크를 복사하여 모바일 브라우저에서 여세요.