Capítulo 27

Alejandro la observó durante un momento, pero no percibió nada extraño en su rostro. —Vas a venir conmigo al hospital ahora mismo. —De acuerdo. —Catalina no se negó—. Pero apenas voy a la mitad de la comida, señor Alejandro, ¿le molestaría si la termino primero? Alejandro guardó silencio unos segundos y se sentó frente a Catalina. Al parecer, había aceptado su propuesta. Catalina, sin el menor remordimiento, siguió comiendo tranquilamente. Tras unos bocados, mirando al hombre que la observaba en silencio, Catalina comentó: —A esta hora, probablemente el señor Alejandro aún no ha comido. ¿Quiere que le sirva algo también? Alejandro se quedó pensativo. Sin saber por qué, recordó algo de mucho tiempo atrás. Solía quedarse trabajando hasta tarde, y era común que no comiera a sus horas. Cuando recién se habían casado, Catalina siempre le preparaba comidas nutritivas y lo esperaba para cenar. Decía que, como él sufría de gastritis, tenía que cuidar su estómago. Si no lograba esperarlo, inclu