Capítulo 85 Papá y mamá llegaron
—No soy tonta, claro que voy a comer —dijo Susana, aunque igual abrió la puerta.
Julián se dirigió a la cocina. —Tan limpia... Parece que nunca has cocinado aquí.
—No, he estado demasiado ocupada, no he tenido tiempo para hacerlo —respondió Susana siguiéndolo de cerca—. Te ayudo a lavar las verduras.
—No hace falta, sal y espera un momento, pronto estará listo. —Julián se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero—. ¿No tienes delantal?
Susana lo miró y, bajo la camisa blanca, pudo apreciar su pecho firme y marcado, irresistiblemente atractivo. —No.
Julián entrecerró los ojos. —¿Qué estabas mirando?
—Nada... Entonces estaré afuera. Si necesitas algo, avísame —replicó Susana, nerviosa, dándose la vuelta para irse.
Picó un poco de comida rápida y, al poco rato, el aroma comenzó a extenderse desde la cocina.
Observó a Julián con las mangas arremangadas, dejando al descubierto sus antebrazos. Cada movimiento tensaba sus músculos, haciéndolos resaltar de manera seductora.
Mientras lo conte

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