Capítulo 307

Carole se superó a sí misma esa noche. La mesa estaba cubierta con platos suficientes para alimentar a un equipo de fútbol. El gusto de Kieran no había cambiado en absoluto. Todavía era un amante de la carne y prefería la carne de res al pescado. Después de cenar, siguió jugando con el bebé Ken. Ken le presentó a Kieran su colección de camiones de juguete y siguió parloteando. Kieran asintió solemnemente como si pudiera entender lo que decía el chico. Cambié las sábanas del dormitorio principal por el color favorito de Kieran: gris oscuro. Hurgué en el armario y encontré el pijama que usaba con más frecuencia. Incluso desenterré las fotos de la boda tomadas durante nuestra luna de miel en Yubai. Tal vez algo aquí refrescaría su memoria. El anochecer dio paso a la noche. Claire estaba agotada. De mala gana, le dio las buenas noches a Kieran y se retiró a su habitación. El bebé Ken, una vez que la manecilla de las horas señaló su hora de acostarse, cayó como una piedra. Carole lo llevó a