Capítulo 249

Al final del pasillo, una ventana estaba entreabierta, permitiendo que el frío aire entrara y agitara libremente el largo cabello de Lucia. Ella metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta de plumas y apretó la ropa contra sí misma, caminando con la cabeza gacha. —Tranquila, el día que realmente me divorcie de Wálter, mi padre venderá la casa, y entonces habrá dinero para los medicamentos de Honorio. Inés le jaló de la chaqueta de plumas, —Si te divorcias, ¡no esperes volver a entrar a la casa! Los cimientos que la familia Jiménez ha construido a lo largo de los años, todos ahora arruinados, ni tu padre ni yo podríamos enfrentarlos, ¡y peor todo es culpa tuya! Lucia casi pierde el equilibrio por el tirón. Esa chaqueta de plumas la compró hace dos años y le quedaba un poco ajustada cuando la adquirió. Pero este año se siente mucho más holgada y podría caber casi otro medio ella. Últimamente ha adelgazado bastante, aunque no se note en persona, sí se siente al vestirse.