Capítulo 262

Pronto, el Registro Civil abrió sus puertas. Lucía fue la primera en entrar para tomar un número de turno para el divorcio, luego le envió una foto a Wálter recordándole que no llegara tarde. Wálter no respondió al mensaje. En la esquina de la calle frente al Registro Civil, el Cullinan estaba estacionado. Wálter ya había llegado, y desde su llegada había observado a Lucía en secreto cuando ella bajó del auto. Ella estaba vestida con elegancia, incluso más que el día que fueron a obtener su licencia de matrimonio. ¿Esto realmente parece alguien que viene a divorciarse? No lo parece, más bien parece que se ha vestido meticulosamente para seducirlo, para hacer que él rechace el divorcio. Durante los cinco días, Wálter vivió como si cada día fuera una eternidad, esperando que Lucía viniera a decirle: no nos divorciaremos. O quizás, que Lucía utilizara algún truco barato para hacerlo renunciar al divorcio. Pero no esperó nada, y el Facebook que casi todos los días durante dos años de matri