Capítulo 13

En Julio se reflejaba un peligro latente. —¡Traigan a Paula! —rugió con furia. Sus dedos cerrados en puño dejaban claro que estaba fuera de sí de la mucha ira. El asistente se apresuró a detenerla. La encontró en la entrada del ascensor; al verlo acercarse, sus ojos brillaron con una extraña luz que solo le generó desprecio. Nunca había sentido respeto por una mujer como Paula; desde siempre, no entendía por qué el jefe Julio la había elegido y, ahora, mucho menos. En su opinión, la señorita Silvia era mil veces, cien veces mejor en todos los aspectos, pero el jefe Julio simplemente no lo veía. Quizá así es cuando uno se cansa de lo que tiene, pensó, aunque él nunca opinaba sobre esos asuntos. Al ver que el asistente se acercaba, Paula no pudo evitar esbozar una sonrisa, aunque aún forzó unas cuantas lágrimas. —¿Es Julio quien me llama para que regrese? No quiero volver a su lado, dile que no quiero ser su amante. Soltó un leve bufido, arrugó los labios y fingió que se iba. Pero el asi