Capítulo 56

Estuve pensando un rato en el mismo lugar y luego decidí ir a preguntar. Tengo un certificado de nivel ocho en piano, y el jefe de sala del restaurante me pidió tocar allí mismo durante media hora. Después, me preguntó si podría trabajar los miércoles, sábados y domingos de ocho de la noche a doce, pagándome catorce dólares la hora. Eso suma cincuenta y seis dólares por noche, y ciento sesenta y ocho dólares por las tres noches a la semana. Con lo que gano al mes, incluso puedo ahorrar algo de dinero. Estaba tan contento que acepté inmediatamente. De regreso, pasé por una tienda de café y pollo frito y compré algo para llevar a mis compañeros de piso. Pero mientras esperaba en la cafetería, mi teléfono de repente sonó. Contesté y del otro lado, con una voz nasal y apenada, Nuria dijo: —Luci, ¿puedes venir a recogerme a la comisaría? ¡La comisaría! Eso me sorprendió tanto que giré rápidamente y levanté la mano para parar un taxi. Nuria no es alguien que cause problemas,