Capítulo 136

Al oír a doña Isabel hablar de su hermana y cuñado, el semblante de Ana se volvió agrio. Resultó que el inicio de su relación con Luis había sido más complicado de lo que imaginaba. Estaba marcado por cálculos desde el principio. Sintió un peso en el pecho y miró a doña Isabel con frialdad, sonriendo suavemente. —Así que siempre has pensado que yo estaba por encima de mi posición al casarme en la familia López. La expresión de doña Isabel se enfrió, y con un tono de reproche, dijo: —Si sabes que estas en un lugar que no te corresponde, ¿por qué sigues causando problemas? —Desde el inicio te dije que deberías haber vendido la empresa que te dejó tu cuñado al Grupo López y quedarte en casa tranquilamente, cuidando a tu esposo y educando a tus hijos. Pero nunca me hiciste caso. —Ahora que las cosas han llegado a este extremo, tú también eres responsable. Si te hubieras esforzado más con tu marido, ¿cómo podría él seguir pensando en esa mujer? Todo se debe a que no luchaste lo suficiente,