Capítulo 263

La agente terminó de hablar y se levantó para salir. Al poco rato regresó del exterior y le devolvió el celular a Ana. —Siéntese aquí un momento, voy a ver cómo está la situación. —Indicó enseguida la agente antes de volver a salir de la sala de descanso. Ana la vio marcharse, luego tomó el celular y llamó a su secretaria. La llamada fue atendida de inmediato. —Jefa Ana. Ana no quiso perder más tiempo y fue directa al grano: —Isabella, ven ahora mismo a la comisaría. Necesito que me ayudes con algunos asuntos. Te voy a enviar la dirección, trata de venir lo más rápido posible. Isabella, al otro lado de la línea, notó el tono inusual de Ana y no se atrevió a hacer preguntas. Obedeció enseguida. Ana colgó, pero su corazón seguía envuelto en una sutil inquietud. Sin embargo, aparte de esperar el resultado, no tenía otra opción. Pasaron otros diez minutos y Ana empezó a impacientarse demasiado, mirando con frecuencia la hora en el celular. Pero la agente no había regresado desde que salió;