Capítulo 268

Sin esperar la respuesta de Ana, Luis, que estaba de pie a un lado, dio un paso hacia adelante y, de repente, le agarró la mano con brusquedad, tirando de ella hasta colocarla detrás de él. Isabella se quedó paralizada un instante. Ante la insólita situación, no logró reaccionar de inmediato. Pero al ver que Ana hacía mala cara e intentaba soltarse del agarre de Luis, aunque sentía miedo en su interior, reunió todo su valor y dio un paso hacia adelante. —Señor Luis, la jefa Ana, ella... Antes de que Isabella pudiera acercarse, Agustín, que estaba detrás, se adelantó apresurado para interponerse. —Isabella.— Dijo Agustín, extendiendo los brazos para bloquear su paso, mientras sus ojos se posaban sobre ella con una mirada de advertencia.— La señora López se va con el señor Luis. Puedes retirarte. Sin esperarlo la acción de Agustín hizo que Isabella se diera cuenta de inmediato de que algo no iba bien. Fue en ese momento que notó lo tensa que estaba la atmósfera. —Pero la jefa Ana, ella..