Capítulo 273

Porque ella sintió que, hacía un momento, Luis había querido estrangularla. Fue en ese preciso instante cuando vio con total claridad qué tipo de persona era en realidad el hombre que durante todos estos años había dormido a su lado. Él no solo era un perro adúltero sin escrúpulos que la había traicionado de la peor manera dentro del matrimonio, sino también un verdadero lunático. Durante todo ese tiempo, Luis había sabido ocultarlo muy bien; jamás había mostrado ese lado tenebroso ante ella. Si no hubiera sido porque ella le pidió el divorcio y se negó a ceder, quizás nunca habría descubierto que Luis era un hombre tan enfermizamente obsesivo y aterrador. Al mirar ese rostro tan familiar, Ana solo sintió un tremendo escalofrío recorrerle la espalda, como si una corriente helada le fluyera en ese momento desde el corazón hasta cada rincón del cuerpo. Si él en verdad tenía intención de matarla, tendría al menos un centenar de formas de hacerla desaparecer de este mundo sin dejar rastro.