Capítulo 118

Punto de vista de Elliot No podía dejar de gemir, ya que el dolor que recorría mi cuerpo se había vuelto insoportable. De cualquier modo, así era noche a noche. La infección estaba destruyendo lentamente cada uno de mis nervios, por lo que mi sufrimiento aumentaba a cada segundo. Por otra parte, el silencio de la pequeña habitación amplificaba todavía más mi malestar. Me habían encerrado aquí alrededor de dos semanas atrás, pero sentía como si hubiera pasado más de una década. La soledad era una de las cosas que más me molestaba, junto con el hecho de que apenas podía salir de la habitación. Estaba confinado en este lugar y no tenía libertad para ir a ningún lado. Al comienzo de mi cuarentena, las cosas eran más fáciles. El dolor no era tan intenso e incluso me gustaba estar aquí encerrado, porque necesitaba descansar de la gente durante algún tiempo. Pero ahora los días me parecían eternos, por lo que anhelaba compañía, alguien con quien platicar. El contacto humano más cercano que r