Capítulo 44

Suzie Elliott se echó a reír y de inmediato me sentí estúpida por bombardearlo con preguntas. Alejé la mirada y me concentré en el gatito para ocultar mi vergüenza. Él se cruzó de brazos y me sonrió suavemente. —¿No crees que es injusto que me hagas todas estas preguntas? ¿Por qué no jugamos un juego? —¿Un juego? —le pregunté inclinando la cabeza. —Ambos nos haremos preguntas y el que no responda pierde —dijo con simpleza. —¿Y qué tiene que hacer el perdedor? —le pregunté con una ceja enarcada. —Me alegro hayas preguntado eso —sonrió—. El perdedor hará todo lo que le pida el ganador. ¿Qué te parece? No me parecía una mala idea y sin importar el resultado, todavía podía beneficiarme de ello. Tenía que saber porque mi loba se sentía tan atraída hacia él, así que me encogí de hombros. —Muy bien, ¿por qué no comienzas? —¿Cuál es tu color favorito? —preguntó poniéndose un dedo en el mentón mientras miraba el cielo nublado. —Blanco. ¿Cuál es tu comida favorita? —Eso es un poco complicado —su