Capítulo 160
Su expresión era firme y serena, pero el grado de su tartamudeo que tenía dejaba claro cuán nerviosa estaba en realidad.
¿Acaso él volvió a pensar que a ella ya no le importaba? Que, al fin y al cabo, no quería ser el "antídoto".
—Dijiste que esto funcionaría. ¿No es así? Te creo.
David cambió en ese momento de posición, la inmovilizó bajo su cuerpo, y de sus labios fríos como el hielo brotó de pronto un aliento ardiente; sus labios parecían a punto de rozarle.
...!!
Viviana giró con brusquedad, aferrándose con ambas manos al borde de la bañera, intentando trepar hacia afuera.
Un pecho ancho y musculoso se pegó a su espalda. No llegó a presionar su cintura, pero sí la atrapó con firmeza dentro de la bañera.—Secretaria Viviana, ¿por qué estás boca abajo? ¿Acaso, te gusta estar así?
...
El rubor subió de golpe a la cara de Viviana.
¡Se odiaba por entender al instante lo que él insinuaba!
¡Esa droga, cuando hacía efecto, era una cosa de locos! ¡Ni una hora en agua helada le había servido!

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