Capítulo 86 ¿Quién dijo que no hay pruebas?

Él apretó los puños rabioso. —¡Pensé que eras mi buen amigo! ¡No puedo creer que me hagas esto! ¡Eres un verdadero animal! Al verlo tan alterado, intenté de nuevo detenerlo. —Ya tengo clara la situación, deja todo en mis manos. Le lancé a Alejandro una mirada tranquilizadora y, luego, con rostro imperturbable, le dirigí la mirada a Dante. —Si hemos afirmado que robaste la tecnología clave, naturalmente tenemos pruebas suficientes que te incriminan. —Señor Dante, le ofrezco una oportunidad: si está dispuesto a aclarar de manera publica su robo, podría optar por no llamar a la policía. —Pero si insiste en que es inocente, entonces dejemos que la policía se encargue del asunto. Aunque, no sabemos si eso afecté su nuevo empleo o su reputación. Tras estas palabras, le eché un vistazo al jefe de Dante, el mismo tipo con el que Fabián había hablado hace un momento. Este jefe era un tipo inteligente, y ahora parecía haber comprendido la situación, sonriendo nervioso mientras le daba una palmad