Capítulo 144

Aunque no fuera con Javier, ir a verlo en secreto también estaba bien. Tomó la invitación, se despidió de Raúl y se marchó. Regresó caminando a la casa de los Ruiz. Pablo probablemente dormía la siesta, pues el salón estaba en absoluto silencio. Ana guardó la invitación con cuidado y se dirigió a la cocina. El arroz glutinoso y la cebada malteada ya estaban casi completamente fermentados. Buscó una gasa limpia, filtró el líquido y empezó a cocinar con esa agua. Con una espátula en mano, removía sin cesar. Después de casi una hora de cocción, el almíbar comenzó a volverse más y más espeso, y entonces apagó el fuego. Espolvoreó un poco de azúcar glas sobre la tabla de amasar y, cuando el jarabe se enfrió un poco, Ana lo estiró formando tiras largas que luego cortó en pequeños trozos. Le había llevado varios días y apenas logró hacer dos cajitas pequeñas. Probó uno, el sabor era bastante bueno. Pablo aún no había bajado. Ana subió a echar un vistazo; él estaba ocupado en el estudio, así q