Capítulo 16

Cuando Alejandro llegó, coincidió justo con el día de descanso de María. Ella había ido al supermercado a comprar algo de comida para preparar la cena en casa. Al doblar la esquina, de repente vio una silueta familiar. María arrugó la frente y miró durante un buen rato. Aquel hombre se parecía demasiado a Alejandro... pero él estaba en su país, ¿cómo podría aparecer allí? Reprimiendo ese pensamiento absurdo, subió directo al apartamento. Apenas puso la comida en la olla, un timbre repentino sonó. Tomó el teléfono y vio que era un número desconocido. La voz de Alejandro surgió lentamente al otro lado. —¿De verdad quieres dejarme tirado así? Su mente se despejó por completo. María corrió a la ventana, y efectivamente, él estaba allí abajo. No se había equivocado. —Alejandro... ¿Qué haces aquí? —Vine a buscarte. Su voz reflejaba sorpresa, pero no había ni rastro de alegría. El miedo que Alejandro llevaba ocultando en su pecho se volvió casi incontrolable en ese momento. Ya no pudo contene