Capítulo 90

Al escuchar esas palabras, el corazón de Clara se hundió; la ligera coquetería que había sentido hace un momento desapareció al instante... —No pasa nada —respondió con una sonrisa fría, fingiendo indiferencia—. Tampoco creo que lo de hoy haya sido jugarme la vida por ti. Para mí no fue más que una pequeña ayuda, nada más. En fin, mientras tú estés bien ahora, todo está bien. Tampoco quería discutir con él cuando estaba herido y débil... Justo en ese momento, ¡la puerta de la habitación del hospital se abrió de golpe! —¡Javier! Lilia fue la primera en entrar, apresurándose hasta la cama. Con la cara llena de preocupación y los ojos anegados de angustia, preguntó: —¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho? Déjame ver tus heridas. Antes de que Javier pudiera decir algo, una multitud irrumpió en la habitación: Mateo y Amelia llegaron juntos, seguidos de Sofía, y al final Pilar junto con otros amigos... Acababan de recibir la noticia por parte de los ejecutivos de la empresa y corrieron al hospit