Capítulo 256 Aceptó
Angélica abrió los ojos, sorprendida.
¡Don Octavio ya lo sabía!
Miró a Martín y se dio cuenta de que él no estaba tan sorprendido como ella.
—Gracias, abuelo, por cuidarnos. —dijo Martín.
—Está bien, está bien. —respondió Uriel, visiblemente aliviado, antes de dirigir su mirada preocupada hacia Angélica—. Niña, ¿cómo te sientes? Después de la gravedad de tu lesión, debo agradecerte por haber salvado a Martín.
Angélica respondió: —Ya estoy bien, gracias por su preocupación, señor Uriel.
Al ver que los dos jóvenes no parecían muy contentos, Uriel recordó que al entrar había sentido que el ambiente en la casa no estaba bien, por lo que preguntó:
—¿Qué ocurrió hace un momento?
Martín miró a Eloísa, pero no dijo nada.
Uriel conocía bien a su esposa, y aunque Martín no dijera nada, él ya sabía lo que pensaba.
Su rostro adoptó una expresión firme: —¿Todavía no estás dispuesto a ceder, incluso después de todo esto? En la familia Herrera no necesitamos acuerdos políticos. Yo, U

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