Capítulo 35

Rafael apretó los labios sin decir nada, solo me miraba fijamente con una expresión seria y una mirada profunda y compleja. —¡Sí! Ellos van a divorciarse, ¿no te alegras? —Carmen no pudo evitar decirlo.— ¡Justo les da espacio a ustedes, esta pareja de malhechores! Sofía frunció el ceño con desagrado: —¿Qué estás diciendo? Rafael y yo somos buenos amigos, nuestra relación es apropiada. ¿Qué tengo que ver yo con su divorcio? —¡Bah! Mujer sin vergüenza —Carmen no la toleró y la insultó directamente. Sofía se puso pálida con cada palabra, sabiendo que no tenía ventaja con Carmen y, en un gesto de odio, me lanzó una mirada fulminante: —No es de extrañar que Rafael quiera divorciarse de ti, ¡siempre malinterpretando todo! —¿Dices que estoy malinterpretando? —Sus pretensiones de superioridad moral me enfurecieron, y respondí fríamente.— ¿Te atreves a decir que tu divorcio no es por Rafael? Sofía frunció el ceño, firme: —¿Por qué no? Me reí con sarcasmo: —Qué descaro. Rafael había admitido per