Capítulo 98

En los ojos de Patricia brilló una malicia venenosa; quien se atreviera a interponerse en su camino, ¡que no la culpara por ser despiadada! Silvia regresó a Grupo Brisalia y, justo entonces, su Instagram emitió una notificación: había una actualización. Le echó un vistazo: era una publicación de Patricia, pero ya ni siquiera tenía el menor interés en abrirla. La Silvia de ahora solo tenía espacio para el trabajo en su mente. —Buenos días, jefa Silvia. —Buenos días, jefa Silvia. —... Las personas de la oficina de la jefe la saludaron una tras otra al verla, y hasta Carolina se abrió paso para saludarla. Si alguien se fijaba bien, notaría que Carolina la protegía de manera discreta, evitando que alguien la empujara o golpeara su vientre. A las ocho de la mañana era plena hora punta, y por el pasillo iban y venían muchos empleados. —Acabo de ver que llegaron varias cajas más de frutas importadas al ascensor para subirlas. Gracias a la jefa Silvia, nunca pensé que llegaría el día en que co